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lunes, 24 de noviembre de 2014

“Me siento frustrado en el trabajo”

En alguna sesión de coching más de un cliente me ha manifestado algo así como “me siento frustrado en el trabajo”. Cuando les pregunto “Si nos encontráramos dentro de uno dos o tres años ¿qué te gustaría contarme de tu situación laboral? Entonces ves cómo se le ilumina la cara imaginando y describiendo ese trabajo que anhela, le apasiona y satisface.


Llegados a este punto donde te encuentras ante una gran cara de satisfacción le pregunto: ¿Y qué puedes hacer? La respuesta más habitual es cambiar de actividad o de empresa siempre y cuando esta persona vea que en el lugar que se encuentra hoy, no hay posibilidad de llegar a esa situación deseada.

Pero…¿Qué es lo que hace que no se tome la decisión para cambiar? Lo que la persona llama sus circunstancias. Por ejemplo tengo el colegio de los niños, la hipoteca de la casa, pagar la universidad, las cuotas del coche, etc.

Entiendo que es difícil tomar una decisión con ese lastre que nos creamos, esas llamadas circunstancias de las que siempre se hace mención. La pregunta que toda persona se debería hacer después es: ¿Y mi vida va a ser a partir de ahora siempre esto? No sé tú, pero yo, sólo de pensar dejar mi futuro a merced de mis circunstancias y estar viviendo una vida rutinaria y vacía, me resulta agobiante y poco inteligente. Nos han dotado con los recursos necesarios para crear algo grande, al igual que los barcos son construidos para navegar y no estar en puerto. Para disfrutar de un camino vivo y entusiasta la vida necesita nutrirse de continuas elecciones, y cuando elegimos las circunstancias para no acceder a lo que nos engrandece, las utilizamos como la excusa para no actuar, quedándonos en puerto y deteriorarnos poco a poco. ¿Es inteligente comprar un barco y dejarlo en puerto? O dicho de otro modo, Si sigues haciendo lo mismo que estás haciendo hasta ahora, ¿Cómo esperas que los resultados sean diferentes?

Como dijo Ortega y Gasset: “El hombre es él y sus circunstancias”. Utilizando, me atrevo a escribir, estas circunstancias como escudo para justificar lo que no se hace o no nos atrevemos hacer.

Dedica tiempo de calidad para tu “hoja de ruta” recuerda que es una inversión en ti. Ten presente que vas a trabajar por un sueño. Lo que no sé si por los tuyos o por los de tu jefe/a o empresa para la que trabajas, tú eliges. Mi recomendación es que trabajes por tus sueños sin olvidar dejar el listón siempre alto por aquellas empresas por las que pases.

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